ASPECTOS A TENER EN CUENTA E INCIDENCIAS
¿A partir de qué edad puede un niño llevar lentes de contacto?
En general, podemos decir que la edad a la que podemos recomendar lentes de contacto depende del motivo, es decir, si la motivación para adaptar las lentes es funcional o terapéutica la edad no es una consideración importante; mientras que si la motivación es estética, podemos decir que a partir de los 11 años, dependiendo de la madurez y motivación del niño.
Las edades para iniciar el uso de lentes de contacto dependen de las indicaciones por las que adaptamos lentes de contacto, las indicaciones pueden ser:
A partir de los 5 años los niños colaboran bien para realizar adecuadamente no solo el examen optométrico sino también las medidas necesarias para la adaptación de lentes de contacto y para la evaluación, la adaptación y la respuesta a la corrección óptica con lentes de contacto. El proceso de adaptación de las lentes blandas en niños es similar a la de los adultos. |
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¿Por qué adaptar lentes de contacto a los niños?
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Las lentes de contacto son la solución ideal para conseguir que los niños lleven la corrección óptica todo el día. Las lentes de contacto mejoran mucho la calidad visual y la fusión es mucho mejor con lentes de contacto que con gafas. En el caso concreto de los niños con estrabismo es muy importante evitar que miren por encima de la gafa y esto lo conseguimos mejor con lentes de contacto.
Las lentes de contacto blandas o RGP proporcionan una imagen retiniana mucho más estable que las gafas y mejoran el campo visual incrementándolo. En cuanto al control de la miopía con lentes de contacto las principales estrategias desarrolladas en los estudios clínicos son la ortoqueratología y las lentes de contacto blandas multifocales. Los últimos estudios publicados (Cho y Cheung, 2012) confirman que la Ortoqueratología permite ralentizar la progresión de la miopía. Este mismo planteamiento se utiliza con lente blanda multifocal, todo ello según los estudios (Smith, 2009) basados en que el desenfoque en zona periférica de retina, provocado por la ortoqueratología, podría ralentizar la progresión miopía.
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Manipulación y educación al paciente.
Con frecuencia no adaptamos lentes de contacto a los jóvenes porque dudamos de su capacidad de atención y de colaboración a la hora de cuidar y mantener adecuadamente sus lentes de contacto, pero numerosos estudios (Dr Jeff Walline, Sindt 2011) han demostrado que niños con edades de entre 4 y 5 años están capacitados para quitarse las lentes ellos solos; con 6 y 8 años la gran mayoría son capaces de quitarse y colocarse sus lentes solos; y con edades de entre 10 y 12 años además se ocupan de la limpieza y mantenimiento de sus lentes. Estas edades dependen de factores tales como madurez y motivación.
En la actualidad no hay ninguna razón a nivel de fisiología corneal que imposibilite adaptar lentes de contacto en un ojo sano a cualquier edad. Simplemente hay que tener en cuenta las diferencias anatómicas para elegir la lente de contacto adecuada. Por ejemplo, el diámetro corneal en un recién nacido es de aproximadamente 10 mm; con dos años de edad el diámetro corneal ha crecido a 11.70 mm, que es una medida muy próxima al diámetro corneal medio en la edad adulta. El radio corneal se aplana gradualmente con el crecimiento y con dos años de edad la córnea es más curva que la media de la edad adulta.
Problemas de uso controles y seguimientos.
Hay que tener en cuenta que el índice de complicaciones con las lentes de contacto ha disminuido muchísimo en los últimos años debido fundamentalmente al desarrollo de nuevos remplazos y materiales, tanto para las lentes blandas como para las permeables. Pero aun así es importante que tanto los jóvenes como los padres sean conscientes de los síntomas que podrían indicar complicaciones. Si las lentes son de remplazo frecuente, debemos insistir en la importancia de cumplir con las fechas de remplazo.
El seguimiento y las revisiones después de adaptar lentes de contacto en jóvenes o en niños son similares al seguimiento en adultos. La revisión a la semana de la adaptación es probablemente la más importante, porque nos indicará cómo va el paciente con el manejo de las lentes de contacto, si tiene dudas con el sistema de limpieza, y podremos asegurarnos que cumple el horario de uso recomendado. Los malos hábitos pueden desarrollarse rápidamente.
Conclusión
Tanto los niños como los jóvenes suelen ser grandes candidatos para usar lentes de contacto. Si tenemos en cuenta que las ventajas visuales de las lentes de contacto frente a las gafas están claramente demostradas y las complicaciones siguiendo unas pautas de trabajo adecuadas se minimizan, podemos estar seguros de adaptar con éxitos lentes de contacto tanto en niños como en jóvenes.
Beatriz Callejas Torres
Diplomada Optica y Optometría, nº Colegiado 6774
Departamento Técnico, Tiedra, SL